viernes, 28 de septiembre de 2007

ALFREDO MATUTE: IN MEMORIAM

No puede haber comienzo más amargo, la despedida de un compañero con el que has compartido trabajo, cafés, discusiones políticas, risas, ... una pieza importante del "espíritu avempace" con el que me inicié en las tareas docentes. Aprendí mucho y me inundé de ese espíritu, que ha marcado mi quehacer diario en este difícil mundillo.


Pero la tristeza de la despedida se disipa con la alegría del recuerdo, del buen recuerdo. Y, como diría Leonardo da Vinci, "Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte".


Hasta siempre, amigo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una entrada amarga, querido amgo, pero también de mucha altura. Ánimo con el diario. Quería tener el honor de ser el primero que entra en tu página para comentar tus palabras.
Carlos.

Eloy Barrio dijo...

Como digo en mi primera entrada, la tristeza se disipa con los buenos recuerdos, y si éstos se renuevan con asiduidad, merece la pena...Que siga así...
Un abrazo para tí y para todos los que entierran las tristezas.